LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y SUS REPERCUSIONES INTERNACIONALES
En 1936 la
democracia retrocedía en toda Europa ante el empuje de los regímenes
autoritarios. El espíritu internacional de concordia creado en Locarno se vio alterado a causa de las crisis desencadenadas por la política agresiva
de los Estados totalitarios .En este contexto, la Guerra Civil española alcanzó una destacada dimensión internacional, ya que se interpretó
como un nuevo ataque a la democracia. Al mismo tiempo, la intervención de
Alemania e Italia a favor de los sublevados supuso un paso más en la escala de
tensiones de los totalitarismos europeos.
En Francia, el
gobierno frentepopulista ,presidido por el socialista León Blum y unido con fuertes vínculos ideológicos
al ejecutivo español, no podía consentir la instauración de un tercer Estado
totalitaria junto a sus fronteras. El 19 de Julio, José Giral solicitó armas y aviones al país vecino para hacer frente a la sublevación.
Tras un apoyo inicial, al conocer la llegada de aviones italianos y alemanes a
España, León Blum optó por la no intervención para evitar la
internacionalización del conflicto, creyendo de este modo que los Estados
totalitarios adoptarían una postura semejante. La actitud de Francia también se
explica por la profunda crisis social en la que estaba sumido el país, por lo
que su intervención podría haber desencadenado el estallido de un conflicto
civil semejante al español.
El gobierno
conservador del Reino Unido, la otra gran democracia europea, mostró mayores
reticencias en su apoyo a la república. La revolución en la España republicana
provocó inquietud en las empresas británicas, cuyos intereses se vieron
amenazados por las nacionalizaciones y colectivizaciones. El gobierno británico
adoptó una política de no intervención para no provocar una escalada europea
con el pretexto español.
En Estados
Unidos los sectores liberales, protestantes y de la izquierda simpatizaron con
la República mientras que por su parte la derecha, el mundo financiero, los
católicos y la gran cadena de prensa los Hearts apoyaron a los sublevados. Por
su parte al igual que Francia y Reino Unido el presidente Roosevelt se inclinó por la no intervención y
aplicó lo que dominó embargo moral, al prohibir la venta de armas a España para
mantener la paz mundial.
Alemania e
Italia sí intervinieron en la Guerra Civil española con la posibilidad de
ampliar con poco esfuerzo su área de influencia. Por ello apoyaron al bando de
Franco desde que este les solicitó aviones para atravesar el estrecho de
Gibraltar. Alemania intervino en el conflicto por decisión de Hitler ,con la excusa de frenar la expansión del comunismo. De este modo, para el
Tercer Reich ,que se encontraba en pleno proceso de
rearme, los campos de batalla españoles constituyeron un lugar de pruebas de su
armamento y de sus estrategias militares. Alemania por ejemplo apoyó con la
Legión Cóndor que era el cuerpo de élite alemán, al
servicio de la España nacional, formado por 5000 soldados con secciones de
tanques, aviones y compañías antitanque, que se relevaban periódicamente. Por
su parte en Italia, Mussolini respaldó a la España Nacional por
afinidades ideológicas y de acuerdo con su política imperialista, que le exigía
intervenir en todos los conflictos
mediterráneos como gran potencia y árbitro de la zona. Respaldó al bando
nacional con el Cuerpo Expedicionario italiano, con piezas de artillería, carros
blindados y aviones de combate modernos.
Por otro
lado, Stalin afianzaba su poder en la Unión soviética
mediante la práctica de las purgas, juicios en los que sin garantías procesales
eliminó físicamente a sus adversarios políticos y a buena parte de sus
colaboradores. Ante la instauración de totalitarismos fascistas en Alemania e
Italia, el dirigente soviético estaba convencido de que era necesario
establecer alianzas con las democracias occidentales ante el común peligro
fascista. Por este motivo decidió apoyar a la República con armas soviéticas,
aunque sin favorecer la revolución en España. Otra ayuda de los republicanos
fueron las Brigadas Internacionales que era un cuerpo de voluntarios reclutados
por la Internacional Comunista en París entre los trabajadores de Europa y
América para luchar por la República y contra el fascismo, procedentes de
muchos países, los voluntarios más numerosos fueron alemanes, italianos,
franceses, polacos, británicos, canadienses y estadounidenses.
A escala
internacional y pese a las ayudas de los países a uno y otro bando, en el
verano de 1936 cuajó la política de no intervención. Con este objeto el 9 de
Septiembre se reunió en Londres el comité de la No Intervención integrado por Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y la Unión Soviética y sus
recomendaciones se incumplieron sistemáticamente. Así, en su afán de evitar la
guerra, la no intervención se convirtió en una farsa admitida por todos.
En
conclusión la Guerra Civil española intensificó la división ideológica de
Europa y estrechó lazos entre Alemania e Italia, que establecieron el EjeRoma-Berlín en 1936. Esto permitió al Tercer Reich
el inicio de una política muy agresiva sobre Europa central a partir de 1938
con la anexión de Austria y más tarde con la invasión de Checoslovaquia. La
España republicana quedó a la espera de la actitud que pudieran tomar las
democracias ante tales acontecimientos. Sin embargo, en la conferencia deMúnich de 1938, en la que además de Hitler y
Mussolini participaron los jefes de Gobierno francés y británico, las
democracias se plegaron a la política de hechos consumados del canciller alemán
con el propósito de salvaguardar la paz en Europa. También se acordó la
retirada de todos los combatientes extranjeros en la Guerra Civil. La República
recibió estas noticias con decepción, pues con estos acuerdos desparecían sus
últimas esperanzas de involucrar a las potencias democráticas.
Carlos Castaño
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