sábado, 27 de diciembre de 2014

LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA Y SUS REPERCUSIONES INTERNACIONALES

  En 1936 la democracia retrocedía en toda Europa ante el empuje de los regímenes autoritarios. El espíritu internacional de concordia creado en Locarno  se vio alterado a causa de las crisis desencadenadas por la política agresiva de los Estados totalitarios  .En este contexto, la Guerra Civil española alcanzó una destacada dimensión internacional, ya que se interpretó como un nuevo ataque a la democracia. Al mismo tiempo, la intervención de Alemania e Italia a favor de los sublevados supuso un paso más en la escala de tensiones de los totalitarismos europeos.
  En Francia, el gobierno frentepopulista  ,presidido por el socialista León Blum y unido con fuertes vínculos ideológicos al ejecutivo español, no podía consentir la instauración de un tercer Estado totalitaria junto a sus fronteras. El 19 de Julio, José Giral  solicitó armas y aviones al país vecino para hacer frente a la sublevación. Tras un apoyo inicial, al conocer la llegada de aviones italianos y alemanes a España, León Blum optó por la no intervención para evitar la internacionalización del conflicto, creyendo de este modo que los Estados totalitarios adoptarían una postura semejante. La actitud de Francia también se explica por la profunda crisis social en la que estaba sumido el país, por lo que su intervención podría haber desencadenado el estallido de un conflicto civil semejante al español.
  El gobierno conservador del Reino Unido, la otra gran democracia europea, mostró mayores reticencias en su apoyo a la república. La revolución en la España republicana provocó inquietud en las empresas británicas, cuyos intereses se vieron amenazados por las nacionalizaciones y colectivizaciones. El gobierno británico adoptó una política de no intervención para no provocar una escalada europea con el pretexto español.
  En Estados Unidos los sectores liberales, protestantes y de la izquierda simpatizaron con la República mientras que por su parte la derecha, el mundo financiero, los católicos y la gran cadena de prensa los Hearts apoyaron a los sublevados. Por su parte al igual que Francia y Reino Unido el presidente Roosevelt se inclinó por la no intervención y aplicó lo que dominó embargo moral, al prohibir la venta de armas a España para mantener la paz mundial.
  Alemania e Italia sí intervinieron en la Guerra Civil española con la posibilidad de ampliar con poco esfuerzo su área de influencia. Por ello apoyaron al bando de Franco desde que este les solicitó aviones para atravesar el estrecho de Gibraltar. Alemania intervino en el conflicto por decisión de Hitler  ,con la excusa de frenar la expansión del comunismo. De este modo, para el Tercer Reich  ,que se encontraba en pleno proceso de rearme, los campos de batalla españoles constituyeron un lugar de pruebas de su armamento y de sus estrategias militares. Alemania por ejemplo apoyó con la Legión Cóndor   que era el cuerpo de élite alemán, al servicio de la España nacional, formado por 5000 soldados con secciones de tanques, aviones y compañías antitanque, que se relevaban periódicamente. Por su parte en Italia, Mussolini   respaldó a la España Nacional por afinidades ideológicas y de acuerdo con su política imperialista, que le exigía intervenir en todos  los conflictos mediterráneos como gran potencia y árbitro de la zona. Respaldó al bando nacional con el Cuerpo Expedicionario italiano, con piezas de artillería, carros blindados y aviones de combate modernos.

   Por otro lado, Stalin   afianzaba su poder en la Unión soviética mediante la práctica de las purgas, juicios en los que sin garantías procesales eliminó físicamente a sus adversarios políticos y a buena parte de sus colaboradores. Ante la instauración de totalitarismos fascistas en Alemania e Italia, el dirigente soviético estaba convencido de que era necesario establecer alianzas con las democracias occidentales ante el común peligro fascista. Por este motivo decidió apoyar a la República con armas soviéticas, aunque sin favorecer la revolución en España. Otra ayuda de los republicanos fueron las Brigadas Internacionales  que era un cuerpo de voluntarios reclutados por la Internacional Comunista en París entre los trabajadores de Europa y América para luchar por la República y contra el fascismo, procedentes de muchos países, los voluntarios más numerosos fueron alemanes, italianos, franceses, polacos, británicos, canadienses y estadounidenses.

  A escala internacional y pese a las ayudas de los países a uno y otro bando, en el verano de 1936 cuajó la política de no intervención. Con este objeto el 9 de Septiembre se reunió en Londres el comité de la No Intervención integrado por Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y la Unión Soviética y sus recomendaciones se incumplieron sistemáticamente. Así, en su afán de evitar la guerra, la no intervención se convirtió en una farsa admitida por todos.

    En conclusión la Guerra Civil española intensificó la división ideológica de Europa y estrechó lazos entre Alemania e Italia, que establecieron el EjeRoma-Berlín   en 1936. Esto permitió al Tercer Reich el inicio de una política muy agresiva sobre Europa central a partir de 1938 con la anexión de Austria y más tarde con la invasión de Checoslovaquia. La España republicana quedó a la espera de la actitud que pudieran tomar las democracias ante tales acontecimientos. Sin embargo, en la conferencia deMúnich  de 1938, en la que además de Hitler y Mussolini participaron los jefes de Gobierno francés y británico, las democracias se plegaron a la política de hechos consumados del canciller alemán con el propósito de salvaguardar la paz en Europa. También se acordó la retirada de todos los combatientes extranjeros en la Guerra Civil. La República recibió estas noticias con decepción, pues con estos acuerdos desparecían sus últimas esperanzas de involucrar a las potencias democráticas.
Carlos Castaño

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